Por: Nuria Guevara Campos, Artista plástica. Costa Rica
Este es un título que genera cierta suspicacia en muchas personas en especial por hablar de política, que en estos tiempos se ha visto muy cuestionada, pero debemos de obviar esto porque es diferente el político que la política, un tema en el cual no nos adentraremos; lo que importa del título y fondo de este escrito corresponde a las políticas que se generan para desarrollar una actividad, programa o ley que impulse un sector o actividad en particular en beneficio de un país.
Uno se pregunta, ¿qué tiene que ver la política y la educación? Pues bien, primeramente, debemos de recordar que la educación es un derecho humano, siendo un pilar fundamental para el desarrollo que incide en la reducción de la pobreza, mejora la salud, logra la igualdad de género, la paz y la estabilidad, según lo visualiza el Banco Mundial, que podemos estar de acuerdo o en desacuerdo en el orden de acción y atención de los temas prioritarios, pero en lo que sí coincidimos es en el hecho de que una sociedad con herramientas e información adecuadas, les permite tomar las mejores decisiones en el ámbito presupuestario. Por ello, surge la importancia que los programas de gobierno, a nivel nacional o municipal o departamental según cada país, establezcan ejes programáticos para implementar o ejecutar entre ellos la educación.
Esto me permite comentar sobre lo que mi país tiene y debemos de aprovechar al máximo, me refiero a nuestra carta magna. La constitución costarricense establece dos hechos importantes: la obligatoriedad de la educación y la enseñanza del cooperativismo. Ambos son importantes debido a que están inmersos como derechos constitucionales para la ciudadanía, y, aunado a la relevancia académica, resalto la inversión país en educación, la cual corresponde al 8% del PIB. Lo anterior, puede que sea mucho o poco dependiendo de cada país, pero lo importante es que se de desde una carta magna la importancia de destinar recursos para la educación, lo que preocupa es la ejecución o puesta en marcha de esos recursos.
Ahora bien, al retomar uno de los hechos señalados en la ordenanza estatal, se visibiliza un gran reto de postpandemia, generar los programas necesarios e innovadores para una mejor educación que permita desarrollarnos; es por ello, por lo que manifiesto mi preocupación. A mi entender, las políticas públicas, en materia referente a la educación cooperativista dirigidas a los educandos del país, debe de considerar plantear estrategias que propicien una formación consciente de la modernización de la economía global, desde la perspectiva de la gestión e inteligencia empresarial en función de las cooperativas. La aplicación oportuna de esta enseñanza permitiría dimensionar una forma de integración de desarrollo económico para todos. Así pues, recordemos los principios y valores del cooperativismo, los que debemos permear desde las bases y cuáles son estas, pues los niños y los jóvenes, quienes tendrían en sus manos el desarrollo socioeconómico de nuestras comunidades como el futuro de nuestros países.
Otro punto es, acudiendo a la honestidad, sobre la enseñanza del cooperativismo, hablando específicamente de mi país. Desde las acciones gubernamentales, se han realizado ingentes esfuerzos en la actualidad para brindar conocimientos en los niños y jóvenes, pero al revisar los programas que se implementan en el sistema educativo costarricense, solo se brinda capacitación y formación a los profesores, quienes atienden las cooperativas estudiantiles y juveniles. Las cooperativas estudiantiles y juveniles están presentes en el 6% de los centros educativos costarricenses, siendo un total de 300 cooperativas. Aparte de lo anterior, existen colegios cooperativos como son COOPEJOVO R.L., Centro Educativo Cooperativo San Carlos Borromeo, EDUCOOP R.L. entre otros donde se enseña la materia del cooperativismo trabajando en los valores y principios. No hay que olvidar que, en los años 50s, la enseñanza del cooperativismo tuvo como bastiones los cantones de Sarchí, Grecia, Poás y Pérez Zeledón; entonces, acá es donde planteo lo siguiente ¿por qué no revivir ese furor educativo que nuevamente permita brindar generaciones de costarricenses que desarrollen de forma diferente al país?
Para reforzar la pregunta lanzada anteriormente, detallo un comentario dado por el astrofísico Carl Sagan (Cooperativismo y Estado: La experiencia Costarricense Dr. Jhonny Mora Volumen N°1):
“La inclinación a cooperar es un hecho dolorosamente conseguido a través del proceso evolutivo. Los organismos que no cooperan, que no trabajaron codo a codo, acabaron por extinguirse. La cooperación esta codificada en los genes de los sobrevivientes. Su naturaleza es cooperar, y esto constituye la clave de la supervivencia.”
Ahora bien, como vemos en el párrafo anterior se extrae que por medio de la cooperación se logran grandes gestas manteniendo la supervivencia de las personas debido a que emplean otros tipos de logros mediante la aplicación de una forma de vida que coadyuva al desarrollo socioeconómico de una región.
En cumplimiento de este ideario cada país debe desarrollar la asociatividad, la cual es un mecanismo de cooperación entre personas, también entre empresas, en donde los participantes, manteniendo una independencia y autonomía relativa, deciden voluntariamente cooperar en un esfuerzo conjunto con los otros participantes para la búsqueda de un objetivo o bien común.
Esto permitió que en mi país se gestara un desarrollo social y económico impactando a nivel nacional, por ello tenemos cooperativas en el ámbito nacional como COOPROLE R.L., COOPESA R.L., COOPELESCA R.L., COOPEGUANACASTE R.L., COOPEAGROPAL, COOPEVICTORIA R.L., COOPRONARANJO R.L., por citar algunas quedándome corta con todas las cooperativas que de otra forma han impactado en cada región donde se encuentre; porque defiendo que donde está una cooperativa existe desarrollo social, equidad, democracia y desarrollo económico.
En conclusión, sin políticas públicas claras y, sobre todo, voluntad no se desarrolla la educación ni la asociatividad ni se impacta en la cultura de cada región explotando esa identidad como fuente de desarrollo y atracción. Por eso, necesitamos de visionarios que realicen esfuerzos e impulsen el cooperativismo como medio único de desarrollo de la sociedad como de las generaciones futuras.
Dejo como elemento para el análisis algunas preguntas, ¿a través de la educación podemos transmitir los ideales y valores para mejorar la sociedad? ¿Con la asociatividad podemos rescatar los ideales cooperativos? ¿Con asociatividad, identidad, cultura, arte, entre otros se pude lograr el desarrollo empresarial y económico de una región? Para ello hay que invitar a nuestros líderes a ser partícipes de la reflexión sobre los valores cooperativistas sean parte de las políticas públicas venideras, y, así como a nosotros mismos, como colectividad, a concienciar sobre los valores del cooperativismo, con la finalidad de ser aplicados a futuro, y sean la nueva oportunidad de seguir construyendo una sociedad integral.
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