En noviembre de 2021 decidimos convocarnos quienes nos identificamos como proponentes de la mejora de la práctica del cooperativismo, a partir de las ideas originales de la doctrina, sin dejar de lado las nuevas circunstancias del contexto donde se nacen las sociedades cooperativas. Pensamos en un eje que nos aglutinaba: el poder político de las cooperativas, como entes vivos que actuamos en aras de la construcción de un mundo mejor.

En los primeros diálogos sentamos bases desde la ciencia política, convencidos que las cooperativas han sido utilizadas como instrumentos para el logro de ciertos objetivos, por cierto no desapercibidos por los poderes públicos y gobiernos, como parte de sus políticas sectoriales, entre ellas las agrarias, de empleo, vivienda pesca y otras, coincidimos que la cooperativa es mucho más que resolver un problema de empleo, es también organización que nos sirve para ir hacia un mundo mejor, que la ideología de la doctrina no debería de ser alejada de la organización, sino que deberá ser guía de las acciones todas, de lo contrario se le desprende de lo esencial.